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Reflexión: Jesucristo puede transformar tus circunstancias.

Ante la frustración o la decepción por los malos resultados, podemos llegar a conclusiones equivocadas. Podemos pensar, por ejemplo, que Dios se ha apartado de nosotros, o que no escucha nuestras oraciones, etc.

En ciertos momentos de nuestra vida, puede costarnos mucho discernir el tiempo que vivimos; y por eso, no podemos ver claramente el plan y diseño de Dios, y por tanto podemos concluir que no es posible avanzar o vencer, pero esto es falso, ya que nuestro Dios está con nosotros y nos ayuda a superar toda adversidad.

La palabra de Dios nos dice en el evangelio según San Marcos 8:22-25 que “Llegaron a Betsaida, y trajeron al Señor Jesús un ciego y le rogaron que lo tocara. Tomando al ciego de la mano, lo sacó fuera de la aldea; y después de escupir en sus ojos y de poner las manos sobre él, le preguntó: ¿Ves algo?

Y el hombre levantando la vista, expresó: Veo a los hombres, pero los veo como árboles que caminan. Entonces, el Señor Jesús puso otra vez las manos sobre sus ojos, y él miró fijamente y fue restaurado; y veía todas las cosas claramente”.   

Podemos considerar que por la enfermedad misma, lo más seguro es que este hombre experimentaba rechazo social y señalamiento religioso (para muchos él estaba así por algún pecado). Seguramente, él mismo ya no creía ni esperaba un milagro. Quizá, sólo consideraba en su futuro, morir en aquella difícil situación.  

Podemos pensar en su triste visión de la vida, ya que la Escritura nos dice que algunos hombres “lo trajeron a Jesús”, es decir, buscar al Maestro no fue iniciativa suya. La verdad, es que en ciertas o muchas ocasiones, a la adversidad se le da más grandeza e importancia de la que en realidad le corresponde.  

Sin embargo, la palabra de Dios nos enseña que éste hombre ciego a pesar de su difícil condición, fue ministrado por el Señor Jesús, y recuperó su visión. Su vida fue restaurada plenamente, porque Jesucristo tiene el poder de transformar nuestras circunstancias, nada es difícil para Dios.

Debemos también tener en cuenta, que algunas veces en el proceso del milagro puede aparecer la decepción o la fatiga, y necesitamos del Señor nuevas fuerzas para continuar. El Señor Jesús viene a cambiar nuestra condición, él es todopoderoso y bueno, él hace todas las cosas nuevas. Procuremos, pues buscarlo con fe y perseverancia, nadie será decepcionado, más bien será bendecido.   (Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria).  

Te invito a leer:

1) Un poderoso encuentro con Dios.

2) El Espíritu Santo se mueve a tu favor

3) El amor prevalece sobre la adversidad

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