Reflexión: Confía en Dios, aunque tus circunstancias sean difíciles.
La Biblia nos dice en la Epístola a los Hebreos 11:12 “Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar”.
El caminar de Abraham fue desde su llamado un sendero de fe, en el cual fue creciendo paso a paso. Inicialmente el Señor le dice: “Sal de tu tierra y de tu parentela”, y Abraham salió de su tierra, no así de su parentela, pues la Biblia nos enseña que salió con varios familiares, entre ellos su padre Taré y su sobrino Lot.
Abraham habitó en Harán, hasta que su padre Taré murió. Posteriormente, al llegar a la tierra prometida y ante la abundancia de rebaños y por los conflictos entre pastores, tuvo que separarse de su sobrino Lot.
En aquel escenario, Dios se le aparece y le recuerda que su descendencia será como las estrellas del cielo, y que aquella tierra donde estaba será para su descendencia. De modo, que la fe de Abraham, paso a paso fue haciéndose más sólida, así como su amistad con el Señor se hacía más fuerte, hasta que un día fue llamado “amigo de Dios”.
Respecto al versículo de hoy, hay varias frases en las cuales debemos reflexionar. En primer lugar: “de uno, y ése ya casi muerto”. Sin duda, es una referencia a su edad y a la debilidad de su cuerpo físico.
Pero, esto no fue impedimento ni razón suficiente para detener las promesas ni el poder de Dios para cumplir sus planes. De hecho, cuando el escenario es más difícil, la gloria de Dios resplandece con mayor poder.
Podemos recordar en este momento la manera gloriosa en que Dios usó a diferentes siervos en su edad avanzada. Por ejemplo, el profeta Daniel…. El apóstol Juan….
Nos dice el pasaje que “de ese casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar”, expresión que nos muestra un inmenso contraste, que por supuesto, sólo Dios puede hacer.
El poder de Dios, es una frase corta, pero en realidad su tamaño e impacto es tan descomunal e impresionante, que ni la imaginación humana más brillante puede abarcar todo lo que puede Dios hacer.
Es considerable la frase “y de uno ya casi muerto”, pues podemos ver cómo de uno casi sin posibilidades, de uno que ya no era considerado una opción, Dios sacó una multitud incontable.
Nos recuerda esto las palabras del apóstol Pablo: “lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia”, 1 Corintios 1:27-29.
De manera clara y contundente, la Biblia nos enseña que no se trata de nuestras capacidades o habilidades, sino del poder y soberanía de Dios a través de nosotros.
Es por eso, que el Señor Jesús escogió a sus discípulos en la región de Galilea, y no en la ciudad capital, Jerusalén. En la capital estaban los doctores de la ley, así como el sacerdocio del templo; pero, Jesús escogió pescadores y personas sin escuela teológica; de esta manera, toda la gloria sería para Dios, como en efecto ocurrió.
Al recordar la expresión: “de uno casi muerto”, uno casi sin vida, pues Abraham estaba al final de la suya; podemos decir, que, aunque estemos en los últimos años de nuestra vida, seguimos siendo poderosos instrumentos en las manos de Dios. (Escrito por pastor Gonzalo Sanabria).